Documentoscopia
La documentología (conjunción del latin documentum -enseñar, mostrar- y de la raíz helena logos -tratado-) es la disciplina científica que tiene por objeto de estudio, el análisis de los documentos modernos, públicos o privados, utilizando distintos métodos y técnicas, a fin de establecer su autenticidad o falsedad, plasmando las conclusiones a las que arriban a través de un informe escrito denominado Pericia Documentológica.
Se ocupa del examen de documentos a efecto de dictaminar respecto de su autenticidad o determinar las posibles alteraciones de que haya sido objeto.
Análisis de papel
El perito analiza las características intrínsecas de elaboración del papel, sus dimensiones, tamaño, textura, color, grosor, y los dispositivos de seguridad.
El invento del papel se atribuye a Tsai-lun de origen chino en el año 105 d.c., y se dice que en el año 751, en la batalla de Samarcanda, los árabes hicieron prisioneros a varios fabricantes de papel, a quienes les arrancaron el secreto guardado celosamente durante varios siglos, extendiéndose este por todo el imperio árabe, o sea, Egipto, Marruecos y España durante los siglos XI y XII.
Fue hasta a principios del siglo XIII cuando el papel fue actualizado por los franceses, quienes lo importaban de España e Italia, pero fue Juan Gutemberg, quien con el invento de la imprenta dio impulso a la fabricación del papel.
Por virtud de las diferentes pastas utilizadas en la fabricación del papel, tales como bisulfito, sosa, etcétera, este nos da una fluorescencia especial bajo la lámpara de Wood, mejor conocida como “luz negra”, y el microscopio nos permite examinar las diversas fibras que entran en composición del papel, e incluso apreciar el sistema de fabricación de este.
Análisis de la fibra
Este análisis deberá hacerse al microscopio-estéreo, con el objeto de utilizar el menor papel posible; sin embargo, puede efectuarse a simple vista siempre y cuando haya suficiente papel disponible; para ello existen fórmulas químicas que en Francia se les denomina “Norma NF Q 03-001”, que es la que precisa las coloraciones obtenidas por las fórmulas en las diversas fibras, siendo estas las llamadas “Reactivo de Herzberg”, “Reactivo de Selleger” y “Reactivo de Lofton-Merrit”.
Examen físico
El estudio del papel versa sobre los siguientes elementos:
* Dimensiones en milímetros.
* Anchura y espaciado del rayado si lo tuviera.
* Configuración externa, mediante fotografía a la luz refleja con 15 o 20 aumentos.
* Configuración interna, mediante microfotografía por transparencia, mojando el papel con tretacloruro de estaño.
* Matiz del papel y del canto.
* Espesor del papel, utilizando el esferómetro, las irregularidades del espesor y la presión de la escritura se podrán poner a descubierto por este método.
* Filigranas y marcas de agua.
* Opacidad y transparencia se mide mediante un diafanómetro, midiendo la luz que pasa a trasluz.
* Fluorescencia, examen con lampara de Wood o de luz negra.
Examen de las tintas
Se establece su color, tonalidad, la posible existencia de tintas de seguridad y el origen del solvente.
En el mundo moderno la experiencia y las investigaciones científicas enseñan objetivamente cuales son las variaciones que la escritura puede sufrir por razón de los elementos usados para su confección. Entre estos merece especial importancia la tinta, cuya utilidad está al servicio del trazado de letras y dibujos sobre el papel, y que por su resistencia y permanencia da testimonio de lo escrito. En todo tiempo, los hombres se han preocupado por buscar las combinaciones, composiciones y mezclas más adecuadas para su preparación, y señalar al mismo tiempo sus coloridos, intensidades, grados de oxidación, fijación e indelebilidad, etcétera, a fin de conocer con más facilidad los fraudes, correcciones, borrones y otras anomalías que ocurren a menudo a consecuencia de su constante uso o empleo.
Las tintas de nuez de agallas y de hierro, las de extractos tánicos, las de hulla, las de anilina, las de glicerina y de azúcar, las de encinas, las de sulfatos ferrosos o férricos, etcétera, suponían en otro tiempo la necesidad de llevarlas al laboratorio para distinguirlas y fijarles su alcance y colorido, como también para averiguar sus sustituciones y reactivos para establecer otras modalidades. El perito, en consecuencia tuvo que apelar a la ayuda del químico, si es que quería obtener resultados completos. Hoy, cuando la química despierta en un nuevo mundo y transforma no solo Las cosas sino también las ideas mismas, su contribución en el campo de las investigaciones policiacas adquiere un prestigio y un valor incalculable; por eso, el perito moderno debe recurrir también, sin vacilaciones ni temores, al servicio que dicha ciencia presta en sus laboratorios y puestos de ensayo y, sobre todo, cuando se trata de analizar tintas hechas a base de distintos ácidos y sustancias colorantes.
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